lunes, 25 de agosto de 2008

Death proof


Siguiendo la fiebre automovilística que sufren los gerifaltes valencianos, la Filmoteca d'estiu programó esta película como respuesta sutil, para los mismos días en que se competía por el premio urbano de Fórmula 1. La comento ahora a la sombra de la disertación de mi buen amigo y venerable paisano, el tío Llenya, bienvenido al blog.
Volvemos a la ciudad de Austin, Texas, para cagarnos de miedo con Stuntman Mike (Kurt Russell) un psicópata que disfruta atropellando chicas con su coche a prueba de muerte.
Esta película pide a gritos una lectura de género. Se trata de un film con casi todas las características de la filmografía de Tarantino, es decir, conversaciones intrascendentes, travellings circulares alrededor de almuerzos en cafeterías, exquisita selección de temazos musicales, recuperación de viejas glorias del celuloide, oportunidades para nuevos talentos y violencia. Pero, en este caso, violencia machista. El modus operandi de Stuntman Mike es una exageración de lo que habitualmente sucede en la carretera, donde los tíos suelen vituperar a las tías por el hecho de atreverse a conducir. No así, el comportamiento del resto de personajes masculinos, unos auténticos falócratas. Por eso, no creo que Tarantino haya hecho su película más femenina, sino su cinta más feminista, porque si no se posiciona explícitamente a favor de la igualdad genérica de derechos, si se manifiesta por el reparto equitativo de hematomas y por la justicia aunque sea poética.
Me parece que se había propuesto grabar la mejor secuencia de persecuciones sobre cuatro ruedas de la historia del cine y lo ha conseguido. La última carrera es impecable por el despliegue de medios para realizar una persecución creible y por la forma de mantener la tensión hasta que se paran los motores. La doble neocelandesa, Zöe Bell, que se interpreta a sí misma, está tremenda (en su papel, quiero decir) Vayan chillando ruedas al autocine más cercano y contradíganme, please!

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