Este documental de Doris Dörrie (Hannover, 1955), se centra en las lecciones gastronómico-espirituales que imparte el cocinero y maestro zen, Edward Brown en diferentes centros budistas. Con el propósito de cuidar de nosotros mismos y de los demás, a través de la cocina y siguiendo las enseñanzas de Suzuki Roshi, Brown nos propone recuperar la atención y la serenidad frente al caos mental que nos impone la sociedad de la opulencia.
Un síntoma alarmante del capitalismo actual, señalado por el autor de El libro de recetas Tassajara y propietario del restaurante Greens de San Francisco, es el proceso de abandono de los alimentos naturales y la adopción de hábitos alimenticios basados en productos procesados que tienen una estrecha relación con el petróleo.
La película puede hacerse pesada para los espectadores más refractarios al misticismo, aunque no van a dejar de encontrar innumerables reflexiones interesantes sobre la vida y la cocina, así como escenas de profunda crítica social a niveles sorprendentemente cotidianos. Un montaje ordenado mediante títulos independientes, permite clasificar de manera temática la filosofía del chef-zen que, lejos de adjudicarse el papel de santón, se muestra con toda sinceridad, riendo o llorando, como un ser humano cualquiera. Toda su sabiduría se expresa con el apoyo de unas imágenes tan sencillas como bellas.
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