viernes, 15 de mayo de 2009

Las razones de las cosas

La niebla ayuda siempre a confundir las calles,
las raíces se avergüenzan si se comparan con los cimientos,
el estallido del vidrio roto contra el asfalto puede ser el detonante del miedo desmedido
y nadie guarda mejor los secretos que los colchones de muelles.

En apariencia, las cosas son sencillas y discretas,
pero, lo cierto es que las mareas transportan suficientes botellas
a todas las orillas para enloquecer a los gorilas en sus jaulas.

Los ceniceros de barro tienen vocación de reloj, eso es indiscutible,
por no hablar de las dotes musicales de las sierras radiales, los martillos y la piedra,
las huellas dactilares no dejan de buscar en el interior de los guantes,
pero, no son capaces de aspirar tanto polvo como algunos tendederos
y sólo las sartenes parecen saber que todo dolor es ocasión.

En apariencia las cosas son sencillas y discretas,
pero, lo cierto es que las estrellas arrastran diferentes semillas
a medida que se oxidan las rejas retorcidas del zoológico.

2 comentarios:

flaperval dijo...

plas plas plas!!
hermano, bueníííííísimo.
me apunto lo de los ceniceros, qué bestia!
a seguir superándose!

Anónimo dijo...

tremendo ...

k