Próxima estación: Pastel de choclo |
"A todos los
presentes/ Y con mayor
razón a los ausentes/ Sus razones
tendrán para no estar aquí/ Nada en el mundo
ocurre porque sí"
Un millón de gracias, Nicanor Parra, Discurso del Bío-Bío
Nunca sabré si fue debido al reciente recuerdo del último golazo de Alexis o a ver ondear, de vez en cuando, entre las esteladas de los balcones, casualmente, alguna bandera chilena, pero, lo cierto es que el lunes, poco antes del crepúsculo, me asaltaron en plena calle unas impostergables ganas de comer empanadas al horno.
Demasiado tiempo sin que el atacameño Contreras preparase por aquí la masa que lo convirtió en leyenda. Algo parecido a un síndrome de abstinencia, guió mis pasos hasta la charcutería más cercana para comprar un cuarto de manteca de cerdo, un bote de olivas negras de Aragón y un frasco de salsa picante.
Los demás ingredientes los tenía en casa, salvo los polvos de hornear. No tuve más remedio que obviarlos. La estupenda obra de Mónica Alfaro T., La gran cocina chilena, (Ediciones Pirámide, Santiago de Chile, 2006) me condujo en la emocionante tarea de imitar al maestro. Recordé que uslero quiere decir rodillo. Me salieron once, pero rompí un plato encima de una redondela y me vi obligado a desecharla. Diez en total. Un kilo de carne picada y cuatro cebollas formaron el pino. Un par de cervecitas completaron el festival. Cerré el homenaje con algo de reggae ¡A vuestra salud, compadres!
2 comentarios:
Empanadas ....reggae....Eso es una fiesta!!!!!!!! Salut company
Qué recuerdos.... tabasco... mordisco... tabasco.... mordisco... vinacho...tabasco... mordisco... terraza, luna....tabasco... mordisco...
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