viernes, 30 de agosto de 2013

Desprevención de riesgos laborales

 "...en secreto, anhelaba que surgiera una situación de urgencia que le permitiese
demostrar a los marineros escandinavos que también él era un marinero de primera."

 Jack London, Chris Farrington, marinero de primera

En la película Hacer el imbécil 3, Aniceto Muñiz interpretaba a un guardacostas puertorriqueño adicto al ron, que permitía un trapicheo de las autoridades portuarias en su embarcación de treinta metros de eslora y que caía fulminado por una ráfaga de ametralladora en el minuto doce del film producido por la compañía chipriota Pithecus, en colaboración con el segundo canal de la televisión pública suiza que, para abaratar costes, sugirió que se doblara a sí mismo en las escenas peligrosas.

Escasamente convencido de las instrucciones del director (un anciano croata curtido en el cine de acción) ante las limitaciones expresivas de un guión confuso, y entusiasmado con la idea de darle tanto mayor presencia cinematográfica a su interpretación como espectacularidad al deceso de su personaje, el día de la grabación de su última escena, que en realidad fue el primero de rodaje, Aniceto saltó hacia atrás por la borda, intentando una doble voltereta, pero un inesperado error de cálculo le hizo dar con sus costillas sobre el amarre de acero forjado que brillaba al sol en cierto número de atraque del embarcadero estilo Marina del Puerto Banús.

En definitiva, la escena quedó registrada, pero la productora acabó contratando a otro actor para que interpretara su papel en el total de tres minutos de metraje en que aparecía, mientras él se recuperaba de las lesiones en su piso de veinte metros, pues en el hospital no había camas disponibles y, sobre todo, se reponía anímicamente del disgusto que le costó perder un importante papel secundario y terminar por convertirse en el doble de su propio personaje.



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