Enrique Lihn “En el río del subway”, A partir de Manhattan, 1979
Hace unos días, cruzaba la ciudad
en metro y en el vagón, había dos asientos libres al lado de una pareja de
estudiantes que volvían de la Universidad. Ella, flaca con melena negra, él,
robusto con barba poblada y gafas de pasta. Me senté enfrente. Él llevaba una
camiseta roja con una media luna creciente. Ella una blusa de colores. Iban conversando
aunque, el muchacho llevaba la iniciativa. No pude evitar escucharlo:
“El Principio de Arquímedes,
güevón, “Un cuerpo total o parcialmente
sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba igual
al peso del volumen del fluido que desaloja.” La leyenda cuenta que, cuando
Hierón II de Siracusa, encargó a Arquímedes averiguar si una corona, que el
tirano había ordenado fabricar, era de oro macizo o llevaba una aleación más
barata, se le planteó un gran problema, porque debía colegirlo sin destruirla,
güevón. El sabio griego, fue a tomar un baño y al entrar en la tina, se dio
cuenta de que el nivel del agua ascendía verticalmente hacia su cuello. En ese
momento, tuvo la iluminación de sumergir la corona en un líquido, para determinar
el peso del material de la joya y concluir si realmente era de oro. Tanta fue
la alegría que experimentó, güevón, que salió corriendo desnudo por las calles
gritando “Eureka”, o sea “¡Lo encontré!”
Reconocí el acento al instante (un
acento que no sería capaz de reproducir) No pude abstenerme de intervenir. “Disculpen
la interrupción, pero, ustedes son chilenos”. Los dos asintieron. “¿Me permiten
una pregunta?”, “Por supuesto”, dijeron “¿cómo no?”; “¿Cuánto tiempo llevan
aquí?”; “Llegamos a finales de enero del año pasado” dijo el muchacho. A lo que
yo no pude dejar de replicar: “¡Qué curioso! ¡Ya es casualidad, conozco a un
chico chileno, bastante amigo mío, que regresó a su tierra, ahora ha hecho un
año, a principios de marzo del año pasado.” Me miraron con simpatía: “Bajamos
en esta. Que vaya bien. Y salude a su amigo de parte de unos compatriotas”, me
dijeron mientras se apeaban en el andén. “Así lo haré. Muchas gracias”.
2 comentarios:
Un año ya.... Increible, las cosas que han pasado en un año.......
Ya te digo...
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