No one knows what to say in the loser’s locker room.
Muhammad Ali
Mi abuelo ya me advirtió de la
dificultad de boxearle a los zurdos. Te rompen los esquemas. Te cambian el
sistema. Cualquier estrategia preconcebida para combates con diestros deja de
tener sentido para un púgil izquierdo. Por eso, es importante dejarle la iniciativa,
para que se confíe, y ejercitar el brazo que menos se espera un contrincante de
esas características. Estuve meses entrenando mi zurda.
Mi entrenador me hizo repasar
vídeos de grandes boxeadores siniestros de todos los pesos. Me hizo adquirir
habilidad desde el hombro hasta la punta de los dedos. Me hizo escribir al
dictado crónicas deportivas de encarnizados combates con la izquierda. Quiso
convertirme en ambidiestro. Para pelearle a un zurdo hay que coger la cuchara a
su manera, entrenar frente al espejo, trabajar los reflejos, adoptar sus
costumbres.
Planteé el combate de manera
cerebral. Lo estuve estudiando desde que se subió al cuadrilátero. Me hice
pasar por zurdo desde la primera campana. Intenté imponer mi ritmo. Lo dejé
salir a mi encuentro. Esquivé sus ataques. Él no pudo hacer lo mismo con mis
golpes bajos. Le machaqué sin compasión las partes blandas. Miné su
resistencia. Al comenzar el tercer asalto le cambié el pie. Y aquel cross me
salió del alma. Mi puño derecho salió rápido desde debajo de mi cara, cruzó demoledor
entre sus brazos en un instante de descuido. Hice una certera diana en su cara.
Fue un fulminante nocaut.
A través del guante noté el
crujido de su escaso cartílago nasal al partirse en pedazos contra mis
nudillos. No se podrá dudar de mi sensibilidad. Pude observar los ojos de mi
adversario confluir en el centro de mi puño al hundirse en su rostro. La carne
de sus mejillas acarició el vinilo azul de mi guante. Pude imaginar unos pajarillos
y unas estrellitas revoloteando alrededor de su cabeza sudada, mientras
contemplaba cómo caía y rebotaba sobre la lona. Su protector bucal fue a parar
fuera del ring. Levanté los brazos.
No sólo había ganado el título mundial de los pesos pesados. Quién no iba a
apostar su dinero a mi favor.
3 comentarios:
me ha recordado a Torito. ¿dónde te has inspirado rufián?
Me inspiró la lucha de clases y una foto del diario... ¡Salud!
Ésta foto: http://yucatan.com.mx/espectaculos/lamenta-cinepolis-fallas-en-transmision-de-pelea-marquez-pacquiao/attachment/tomalo
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