domingo, 24 de junio de 2012

Danzas rotas

" Listen to the beat beat beat
Of the song song..."
 King Kong Five, Mano negra

Braulio sube cada tarde a uno de los cubos de mármol que sirven de bancos en un paseo comercial de la ciudad. Se pone sus auriculares. Conecta el reproductor de mp3. Electro dance, creo, a juzgar por los pasos que da.  El voltaje de sus evoluciones llama la atención de peatones, turistas, jubilados,... curiosos le hacen corro a veces. Muchos usan sus cámaras y sus móviles para grabar en vídeo sus movimientos. Hay quien le deja unas monedas en el piso. Entre canción y canción, hace alguna pausa para tomar agua. Hay quien comenta que la actuación sería más interesante si el público pudiera escuchar la música, pero le replican que podría ser motivo de infracción de la ordenanza urbana y podría ganarse una multa. Aún así, no pocas veces ha sido desalojado por la guardia urbana, ante la mirada impotente de los viandantes. No falta quien afirma que podría hacer lo mismo en su habitación sin arriesgarse, pero si Braulio pudiera replicar, argumentaría que necesita que lo miren para que su baile se convierta en espectáculo. Sin la gente mirando, se trataría de una actividad individual, privada, íntima y necesita hacer algo colectivo y público. Los sábados por la tarde, actúa con su grupo, me dijo el día en que hablamos, mientras acariciaba los agujeros de su chándal con los dedos, entonces sí que llevan un radiocassette con buenos altavoces. Su mayor influencia es Ozone, bailarín callejero, de la película Breakdance (1984), era sólo un crío cuando la vio, pero de él, aprendió la importancia de saber perder y encontrar la mejor manera de superarse. Más tarde, supo quién es Adolfo "Shabba Doo" Quiñones. Otro modelo para él. También, me aclaró que Tecktonik no es el baile, sino la marca comercial francesa que vende ropa y bebidas energéticas. Utilizó la palabra metonimia para designar a esa figura retórica que consiste en llamar al todo por la parte y, además, cargó en su discurso contra el mercado porque absorbe la creatividad de las personas para seguir funcionando y para beneficiarse económicamente. Pasó con el término Break-Dance, acuñado por el interés comercial de los mass media para llamar al original baile de los B-boying. No me gano la vida con esto, el negocio, dice, está reñido de entrada con la autenticidad. Por eso, sale a bailar en la calle.

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