viernes, 6 de abril de 2012

Verne y los autocares interurbanos



"A partir de ahora no viajaré más que en sueños."
Julio Verne, París en el Siglo XX, 1863

En el verano 2009, viajé de noche en autobús a Bilbao. Nada más salir de la estación de origen, el conductor puso un DVD de la película Viaje al centro de la Tierra de 1959. Según Wikipedia, existen ocho versiones cinematográficas distintas de esta novela de Julio Verne, pero ésta es la clásica del cine. Dicen que se trata de una adaptación bastante fiel al espíritu del texto original. Me pareció que pasarla en aquella ocasión obedecía al fervor patriótico del autobusero bilbaíno, más que a la voluntad de rendir homenaje a la novela de viajes extraordinarios.

En verano de 2010, fui a Lyon, otra vez por la noche en autocar. Después de la primera parada técnica, el asistente de a bordo reprodujo una copia de la versión de La vuelta al mundo en 80 días, producida por Disney en 2004, con Jackie Chan en el papel de Passepartout. Una producción que fue muy mal recibida tanto por la crítica, debido a su escaso parecido con la conocida obra de Verne, como por el público, pues hizo tan mala taquilla que perdió casi cincuenta y seis millones de euros. En esa ocasión, no relacioné la exhibición de la cinta con la ideología de la tripulación, aunque la casualidad me podía haber hecho pensar en las apologías de la multiculturalidad o la globalización. Bastante tuve con intentar conciliar el sueño un poco más allá de La Jonquera tras aquella avería que nos retrasó tanto.

Esta primavera de 2012, volví a hacer un trayecto largo y nocturno en autobús interurbano. En cambio, no hubo película a pesar de sus más de diez horas de duración. Ni buena, ni mala. Ni antigua ni nueva. Ni original ni adaptación. Ni versión libre ni fiel. Tan sólo el cielo cubierto por unas nubes que no dejaban contemplar el espacio que va de la tierra a la luna y la densa niebla sobre Calahorra.

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