Una carretilla de rabas

La propuesta una carretilla de rabas forma parte de una colección de performance que lleva el título de careteos.

Vuélquese una carretilla industrial con 50 kilogramos de rabas recién hechas a una mesa de aluminio rematada con bordes de 5 cm. y diez filas de comensales ávidamente preparados.
Para freír las rabas pensamos en una freidora de 15 litros y 3.500 vatios y 3 garrafas de 5 litros de aceite de oliva. Y, para acompañarlas, 50 barras de pan gallego de medio y 15 kilos de limones.

El volcado de la carretilla lo es todo en este happening: 50 kilos de rabas humeantes son vertidas al resplandeciente aluminio, como la lava de un volcán, por un operario musculoso que asciende por una rampa hasta el canto de la mesa. Al grito de ¡rabas! los invitados empiezan a comer las rabas sin apenas respirar. Algunas amagan, e incluso se salen, de las bocas.

¡Tocó retén! ¡diu... rabaaaas! -y en ese momento, los primeros comerrabas se retiran en un giro agónico hasta el final de su fila y dan paso a los siguientes comerrabas voraces que atacan con mayor pasión que los anteriores. El pan y el limón entre las dentelladas. Los que se retiran recogen una toalla.