(Aquí les pongo la versión original)
Me gustas cuando hablas porque estás bien presente,
y me ignoras desde cerca y mi voz te acaricia.
Parece que los ojos se te hubieran fijado
y parece que un beso te abriera la boca.
Como todas las cosas están vacías de mi alma
te sumerges en las cosas y llenas la vida mía.
Saltamontes desvelado, te pareces a mi cuerpo
y te pareces a la palabra rebeldía.
Me gustas cuando hablas y estás como exultante.
Y estás como placiéndote, cascabel en barullo.
Y me ignoras desde cerca, y mi voz te acaricia:
Déjale que se mezcle con el sonido tuyo.
Déjame que me calle también con tu discurso
nítido como una noche, complejo como un martillo.
Eres como la mañana, sonora e iluminada.
Tu discurso es de astro, tan cercano y lazarillo.
Me gustas cuando hablas porque estás bien presente.
Próxima y saludable como si hubieras crecido.
Una pausa entonces, una demora sobran.
Y yo estoy alegre, alegre de que sea sentido.
(Hay otras versiones aquí y aquí)
3 comentarios:
Muy bien, Fray. Se lo merece Neruda por ensalzar la sumisión femenina, aunque lo hiciera tan poéticamente. Ebi Tempura.
ay filólogos y otras especies que da una interpretación algo diferente a la habitual: la mujer en cuestión era un peñazo, y no decía más que tonterías, así que lo que le gustaba a Neruda era otro tipo de cala de comunicación con la musa
que cierres la boca, vendría a ser el leiv motiv de tan lindo y romántico poema
dicen, vamos
la verdad es que si se lee con ese sentido, no deja de ser curioso...
Precisamente, esa es la lectura que me molesta y contra la que hice esta versión :-)
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