lunes, 15 de junio de 2009

Matar un sueño

Existen muchos tipos de sueños. El más notorio, el que debe durar al menos ocho horas al día. Si además de ese nos sorprende la siesta, utopía reencarnada en pijama de rayas, no queda ya nada en la vida digno de plantar, ni escrbir, ni tener.

También están los sueños colectivos que, empuñando cánticos y otros enseres, han marcado el destino de los pueblos por siempre. No voy a definirlos en detalle porque creo que tod@s los hemos visto pasar cerca alguna vez. Gracias a ellos la despensa moral del mundo dispone de unas pocas dosis de autenticidad que de fiesta en fiesta, nos animan a sabotear nuestras cadenas de amor propio.

Y finalmente, los sueños pérfidos… Esos son difícilmente reconocibles. No llevan cascabel y se disfrazan de lagarterana. Se hacen pasar por sentido de la vida de quien tiene a bien encomendárseles y cuando quieres darte cuenta, no son otra cosa que la condena de Sísifo, entreteniéndonos con un peso a cuestas que nunca desaparecerá, que nada puede recompensar. Lo más triste es que ni siquiera son sueños legales, porque les cuelga una losa de realidad que no permite a nuestro espíritu salir volando en busca de poesía.

Contra estos últimos no existe antídoto conocido, sólo un remedio posible. Dejar de alimentarlos. Pero entonces nos agarran las dudas: por mucho que sean de la peor calaña, al fin y al cabo son sueños, sueños son que decía aquél, y a estas alturas no andamos demasiado sobrad@s como para andarlos despilfarrando. Sin darnos cuenta de que se nos va la vida en sucedáneos de libertad.

14 comentarios:

flaperval dijo...

joooder, reacciono e intento volver

Anónimo dijo...

Joder, pues sí que me ha quedao gore, si se me espanta el personal... jijiji
Martukein

flaperval dijo...

...patidifuso...

Anónimo dijo...

Que no ha quedado gore, Martukein... Yo creo que tienes toda la razón.
El título de tu texto me recordó a "Matar un ruiseñor", una excelente novela, aunque la peli es mucho más conocida. La escribió Harper Lee, una escritora norteamericana y con ella ganó el Pulitzer. También trata, en parte, de la pérdida de la inocencia. Sisterkein.

El asesino dijo...

Me he visto la cara reflejada en la pantalla del monitor y no me gustó mi gesto. El relato, certero como esas pesadillas que tengo por la noche, por los remordimientos,por la desnutrición, por las dudas...

flaperval dijo...

...todavía cariacontecido...

el relato está de puta madre, y no es gore, pero es como la explicación a un epitafio ¿de la ilusión?
...he tenido pesadillas toda la noche... subía una cuesta con un pedrolo del tamaño del cabezón de Clos que ponía "idiota"...

...y vosotros, ¿qué habéis soñado?

Anónimo dijo...

Me gusta mucho como escribes Martukein. BRAVO

Tengo sueño

Peskuezo de Eskuerzo dijo...

No tengo suficientes sombreros para reverenciar su obra...
¡Es usted una crack!

Peskuezo de Eskuerzo dijo...

...Y lo digo porque su relato ha puesto el dedo en una llaga que me duele mucho desde hace meses. Sé que sobraba decirlo, pero no me puedo callar...

Sísifo dijo...

A mí dejadme en paz que bastante tengo con lo mío...

la piedra de Sísifo dijo...

si te contara..., y con el careto de Clos, ni te cuento

Anónimo dijo...

Muchas gracias a tod@s por los comentarios y por las risas que me han producido algunos!
Supongo que lo que pasa es que a todo el mundo en mayor o menor medida, nos pasa algo parecido...
Bueno, queda pendiente una birra para exorcizar demonios y reirnos un rato, esa es la verdadera fe, camaradas!!!
PD: me refiero al alcohol :)
Besos!
Martukein

flaperval dijo...

el texto se lo merece... harán falta más de una (y dos) dosis de alcohol para sacarme este careto de pusilánime... nada extraño tras un día tan transcendental...

Martukein dijo...

A la hora de la siesta he visto con mis propios ojos a Karl Marx durmiendo en un portal del Banc de Sabadell. Ahí es nada.