Con muchísima tristeza acabo de recibir la noticia del fallecimiento del Maestro Benedetti, que tuve el honor de conocer en su Montevideo querido. Aún tengo en la retina una imagen suya, un día de lluvia pesada, en la avenida 18 de julio de la capital uruguaya, cobijandose en un portal de la intemperie.... yo crucé la callé, el miraba el cielo gris.... Gracias Mario
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría
1 comentario:
No ganamos para bajonazos. Parece que el filo de la guadaña está muy afilado. Esta defensa de la alegría ya pasa de ser necesidad a ser exigencia. No vamos a lamentarnos de lo que hemos perdido, vamos a alegrarnos por lo que encontramos en cada una de sus líneas.
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