lunes, 30 de marzo de 2009

Viajes con Heródoto, Ryszard Kapuscinski.

Pequeñas píldoras contra la ansiedad viajera

Quizás porque hace mucho que no viajo, o porque siempre me digo que he de volver a leer más Historia, hace unas semanas, haciendo tiempo en una librería, me compré Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski.

Es difícil definir el libro. ¿Historia? ¿Periodismo? ¿de Viajes? ¿Ensayo? Todo eso y mucho más.

El reportero polaco nos ofrece pequeñas pinceladas de sus viajes como reportero de una agencia de prensa polaca, donde no falta la descripción de lo que veía y sentía. Así, nos traslada a la India, China, Argelia, Senegal, Congo de la segunda mitad del siglo XX... Pero lo que enlaza los capítulos y los viajes de Kapuscinski es que siempre llevaba Historia, el libro de Herodóto de Halicarnaso, considerado el padre fundador de la historiografía. Y con Herodoto viajamos por la Grecia, la Persia, el Egipto de hace 2.500 años.

La combinació es deliciosa: la mirada crítica de Kapuscinski con la sorprendente etnografía que nos ofrece Heródoto de los pueblos que iba conociendo en su viajes. Los paralelismos que en el libro se trazan entre el mundo antiguo y el contemporáneo son sorprendentes, aunque no debería ser así porque van a la raíz del protagonista del libro: el hombre. Y nunca dejamos de ser lo que somos. Miserables, traidores, generosos, acogedores, egoístas.

Sólo he encontrado un problema al leer el libro. Las ganas de viajar se hacen insoportables.
Hay una cita que parece aliviar: "el viaje no empieza cuando nos ponemos en ruta, ni acaba cuando alcanzamos el destino. En realidad empieza mucho antes y prácticamente no se acaba nunca porque la cinta de la memoria no deja de girar en nuestro interior por más tiempo que lleve nuestro cuerpo sin moverse de sitio." Pero el texto que sigue, rasca, "lo que podríamos llamar contagio de viajar existe, y es, en el fondo, una enfermedad incurable".

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy sugerente......

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