Me veo con Ojorrojo. Me regala un
crisma, no un Crismas. Es decir, no me da una tarjeta de felicitación navideña, sino la foto de una pegata para que nos calentemos la crisma con su interpretación. Me dice que es el único caracol que halló en la montaña, que está junto a la ciudad, tras una tormenta larga y generosa. No come turrones. Físicamente, me recuerda al "Perro" Romero de
la película de Sergio Cabrera.
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