Hay ritmo de vida ahí fuera. Y quizás hoy haya suficiente silencio como para que se explaye su eco. No suena un tam tam. Es un leve susurro que se confunde con brisa, poderoso como para contaminar los más altos estruendos.
Brota como tintineo incauto que danza, que salta, llamado que avanza el momento de mezclarse con la realidad. Suena a bienvenida.
Hoy la fiera está dormida. No vislumbra peligro ahí fuera y retoza hasta nuevo aviso. Lanzó lejos los ovillos con los que juguetea por salvarse de su propia ira, barrera incurable que todo lo puede. Y esa otra parte que la sufre, ahora permite que dejemos al demonio dormir. Un alto al fuego en toda regla.
La realidad llega tal cual. No sé si viene en son de paz porque no tengo escalas para interpretarla. No hay filtro, no hay medición, no sé lo que veo. Así no hay forma de ordenar, esto es un quilombo.
Bendita ceguera infantil rumbo a ninguna parte. Me gustaría permanecer algo más que un paréntesis. Quizás me mude aquí.
Joder que bien sienta Amsterdam....
ResponderEliminarInspiraçaoooooooooooo!!!!!! ( Es que no se como se dice en holandés....)
k
Sí...Hay grandes paréntesis, o paréntesis en mayúsculas si es que eso es posible, que dan sentido a muchas cosas. Besos.
ResponderEliminarLa ausencia de filtros siempre permite que la fiera se duerma con mayor rapidez.
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