lunes, 7 de mayo de 2012

¿Paredes mudas? (Crónicas de la democratización de la cultura III)

 "Cuando comienzas una pintura es algo que está fuera de ti. Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella"
Fernando Botero

A Ramiro lo pillaron porque se negó a correr. Yo en cambio salí por piernas. Él tenía razón, no estábamos cometiendo ningún delito, aunque eso no es lo que pone en la ordenanza municipal. En el artículo 20 del capítulo segundo de las medidas para fomentar y garantizar la convivencia en el espacio público de la ciudad, reza claramente: " Está prohibido realizar todo tipo de grafito, pintada, mancha, garabato, escrito, inscripción o grafismo, con cualquier materia (tinta, pintura, materia orgánica, o similares) o bien rayando la superficie, sobre cualquier elemento del espacio público, así como en el interior o el exterior de equipamientos, infraestructuras o elementos de un servicio público e instalaciones en general, incluidos transporte público, equipamientos, mobiliario urbano, árboles, jardines y vías públicas en general (...)" Un poco más adelante, el mismo texto distingue entre infracciones leves, sancionadas con multas de hasta 750 euros, graves (las realizadas en elementos de transporte público o privado, los elementos de parques o jardines, las fachadas de inmuebles y las efectuadas en señales de tráfico o identificación viaria) con multas que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros y las muy graves sancionables con hasta 3.000 euros en edificios y monumentos catalogados o protegidos.
Yo no estaba dispuesto a pagar nada. Él tampoco, pero tuvo más agallas o algo de miedo de agravar el esguince de tobillo del que se estaba recuperando. Habría tenido tiempo de salir corriendo porque yo detecté las luces azules de la patrulla a unos seiscientos metros. Con algo de suerte podría haber escapado caminando. Pero, no quiso. No le dio la gana. De lejos, pude ver cómo sacaba pecho, con el bote todavía en la mano, cuando se le acercaron los agentes. Las paredes grises de la ciudad, necesitan estas pinturas. Los peatones nos las merecemos y más cuando se trata de muros provisionales como el del solar que estábamos interviniendo, me decía días después en su descargo, tras licenciarme en Bellas Artes sólo he conseguido los trabajos más dispares: portero de bingo, chófer, representante comercial de una fábrica de chocolates, mozo de almacén, telefonista, el que más se relacionaba con el mundo del arte era el de instalar piezas de papel en las vallas publicitarias; pero quiero pintar y mi propuesta es sacar el arte de los museos, o no meter más arte en los museos, integrarlo en la vida cotidiana, hacerlo en la calle, quiero vivir pintando y quiero pintar la calle, no me pienso cortar las alas en nombre de un civismo mentecato que tiene un cruel sentido de lo feo.
Me encanta cómo habla. Todavía no ha pagado la multa, pero me ha dicho que ya tiene plaza en un curso de calderería del que parece que puede ganar dinero. A ver si ahorro y la pagamos a medias. También tiene el proyecto de mural para la misma pared de entonces. Sus bocetos dan gozo. 

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