martes, 14 de junio de 2011

Puntuación

Había una vez, un signo cerrado de interrogación que caminaba por la calle cabizbajo y pensativo sobre su inestable puntito. No había duda que no se le pasara por la cabeza: quién soy, de dónde vengo, a dónde voy, de qué se ríe, señor ministro, de qué se ríe, dónde están mis amigos, cuándo se volverá la tortilla, alguien me responderá... Al girar una esquina, vio que llegaba, subiendo la calle, un signo abierto de exclamación, orgulloso y un poco prepotente. Arqueó las cejas y lo saludó discretamente. Volvió a comprobar que le había retirado el saludo. No se cansaba de dudar hasta de lo que tenía claro. Siguió su camino intentando distraerse ante los escaparates. Pero, más preguntas se hacía: cuánto valdrá aquello, sería capaz de hacerlo yo mismo, me llegará para esto con lo que llevo en el bolsillo... Entró en el ultramarinos que regentaban los, posiblemente, dos puntos más simpáticos del planeta, ¿me darían un bote mediano de abrillantador? Mientras uno le cobraba, el otro envolvía el producto y contaba un chiste: en qué se parece un hombre a un botellín de cerveza : en que del cuello para arriba están vacíos. Salió del colmado preguntándose dónde estaba la gracia, pero con un esbozo de sonrisa en la cara ¿Sería verdad que algunas personas carecerían de las dudas que a él le sobraban? Se dejó caer por la casa de sus amigos, los puntos suspensivos. De los tres, sólo estaba el del medio. El primero y el tercero habían salido para hacer unas horas extras como punto y seguido y como punto final, respectivamente, por turnos, en la discoteca Chasis. El del medio era el más conversador, que no conservador. Se tomaron juntos unas zarzaparrillas bien fresquitas, con hielo, como solían hacer muchas tardes, al tiempo que jugaban unas partidas de Trivial Pursuit y fantaseaban con los paréntesis. Igual que de costumbre, estuvieron mucho rato discutiendo las puntuaciones. El signo cerrado de interrogación se marchó al anochecer, harto de discutir y sospechando que el del medio de los puntos suspensivos se estudiaba las respuestas del juego en sus ratos libres. Volvió a casa caminando. Cenó ligero. Vio un poco la tele. Se acostó. Y hasta otro día.

2 comentarios:

Sonotone dijo...

Ya sabía yo que los puntos suspensivos....son la remonda .... un festival ....un carnaval .... por eso nunca me faltan ....

Martukein dijo...

Que bonita historia. Siempre me reconforta dudar y confio ciegamente en la gente que duda. Asi que me gusto la metafora. Bsst