domingo, 31 de enero de 2010

Santuario del pez grande

El día era más bien frío y no augurábamos mucha luz pero decidimos echarnos a la mar...Un mar de calles, las del barrio del Carmel, que serpentean por la montaña subiendo y subiendo y subiendo.... Y nos perdimos, con la llovizna en las retinas y el frío en los huesos y no había manera de encontrar al pez,decididamente esquivo.

Al final, tras una ola de cemento y espumas de semáforo apareció el enorme e imponente escualo.

De nada nos sirvieron nuestros afilados arpones...

Pero, al fin y al cabo, ya era un triunfo haber llegado a aquel rincón perdido del mar...y lo mejor, había sido el camino...





2 comentarios:

el capitán Ahab dijo...

No maldigo a las corrientes que nos complicaron la faena porque ggracias a ellas conseguimos pescar en otros bancos. Caña a barlovento!

Mario Benedetti dijo...

"Parece cuento
al barco lo defienden
los tiburones"

Haiku 105,
Rincón de Haikus